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Los malos son más felices: De libros en casetas, videojuegos y necesidad de control
El día que pasé por los grandes almacenes del Corte Inglés, de la calle Princesa en Madrid y vi que habían modificado la amplia sección de librería con abundante escaparate a pie de calle, por una amplísima sección de artilugios informáticos pensé que era la...
Los malos son más felices: Aire y distancia
Todas las ciudades y los pueblos tienen una plaza, centros que son lugares de reunión, paseo y cruce de destinos. El famoso Ágora griego del que tenemos los primeros indicios en la Creta minoica, fue el punto de partida para que la gente pudiera encontrarse y...
Los malos son más felices: El tiempo y sus trastornos, los trastornos del tiempo
Se dice que el tiempo está loco, o que tal o cual individuo esta como el tiempo señalando inestabilidad y descontrol. Pues sí, así son las cosas; el tiempo, las personas, y la vida es puro cambio. Andamos por el mundo ingenuamente sumidos en la veleidad de control,...
Los malos son más felices: Ninguna buena acción quedará sin castigo
Dice el refrán que “es de bien nacido ser agradecido”, y parece que no pasa con toda la frecuencia deseable. La ingratitud y la decepción son pareja, van de la mano y son fuente de muchas amarguras. Partimos de la base de que ser generoso es algo noble, una virtud que...
Los malos son más felices: Lo sorprendente es que nos entendamos
Habitualmente enfrentamos el día a día con la absoluta seguridad de que nos comunicamos con los demás de forma clara y segura. Amanecemos relativamente tranquilos con nuestra exclusiva narrativa interna y nos incorporamos a la vida y al encuentro con el otro con la...
Cómo no ser un hijo de Satanás y no morir en el intento
Con los tiempos que corren parece oportunista el nombre de esta nueva sección Los malos son más felices, pero tristemente esta aseveración es tan clásica como la Victoria de Samotracia. Que “los malos son más felices” es una cruda realidad, hay que aceptarlo, aunque nos pese, y decidir si queremos sucumbir al deseo de buscar nuestro placer e interés por encima de todo y de todos o ajustarnos a las normas que elegimos porque nos parecen bien.